Tombeau (2002)
Como todas las óperas primas que merecen serlo, no está falto este libro de pretensiones. Algunos creyeron ver, en algunas de las secciones que componen este poemario y que carecen de unidad estructural (si bien las une una misma atmósfera y unas preocupaciones similares, destacándose el tema de la muerte), la obra de un enfant terrible que prometía. Pero las únicas promesas cumplidas fueron la edición de la revista El Prometeo Moderno, quedando los versos en uno más de los muchos apuntes apenas elaborados de este autor inacabado. Con un fantástico prólogo de José Alberto Alonso, maestro y compañero de andanzas, la edición corrió a cargo de la Tertulia de Poesía Mediona 15, uno de los grupos a la cabeza en el mundo de las letras de la marginal Tarragona.
Descarga aquí la versión inédita español-italiano traducida por Francesca Avanzini de una de las secciones
Al ruiseñor aquí nos lo comemos (2011)
Un libro que trata de congeniar la poesía clásica castellana del endecasílabo con la síntesis japonesa de la imagen. Escrito a lo largo del año 2009, con una unidad que pretende ser en cierto modo narrativa a través de los distintos episodios que conforman el conjunto, el libro expresa la experiencia del autor en sus dos primeros años de residencia en Kioto, donde pasó el invierno más frío de su vida en un espacio mal acondicionado de menos de diez metros cuadrados. El prólogo lo borda el poeta Juan Carlos Elijas, mentor lírico y confidente de las crisis poéticas del autor. El título, si bien pretende terminar con la lírica del ruiseñor, alude a un pasaje de Los hombres que caminan sobre la cola del tigre de Akira Kurosawa. Al oír el canto del ruiseñor, los guerreros-nobles que huyen a través del bosque se detienen un instante para gozar del pájaro canoro: «¿Es eso un ruiseñor?» Y ya a punto incluso de elaborar una oda, el campesino que les guía les contesta: «¿Eso? Eso aquí nos lo comemos». Tan claro que no necesita comentario.
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